La resurreción de Cristo nos impulsa a mirar el futuro con esperanza.Todo alcanza su verdadera orientación cuando acertamos a vivir con la esperanza puesta en Cristo resucitado y en el futuro que desde él se nos promete.
Quien vive animado por la fe en la
resurrección de Cristo pone su mirada en el futuro. No permanece
esclavo de las heridas y pecados que ha podido haber en su pasado. No
se detiene tampoco en las crisis y sufrimientos del presente.
Mira siempre hacia adelante, hacia lo que nos espera. Lo que todavía está oculto pero se nos anuncia ya en Cristo resucitado.
Mira siempre hacia adelante, hacia lo que nos espera. Lo que todavía está oculto pero se nos anuncia ya en Cristo resucitado.
Esta esperanza genera una manera nueva
de estar en la vida. El cristiano lo ve todo en marcha, en gestación,
moviéndose hacia la realización plena. No se contenta con las cosas tal
como son hoy; busca lo venidero.
Nada aquí es definitivo, ni nuestros logros ni nuestros fracasos. Todo es penúltimo. Todo es caminar hacia la ‘resurrección final’.
Nada aquí es definitivo, ni nuestros logros ni nuestros fracasos. Todo es penúltimo. Todo es caminar hacia la ‘resurrección final’.
La fiesta de Pascua es una llamada a
despertar en nosotros la esperanza cristiana, y a recordar algo
demasiado olvidado, incluso, por los que nos decimos creyentes: ‘Aquí
no tenemos ciudad permanente, andamos en busca de la futura’ (Hb 13,
14).
Felices Pascuas para todos!!!!
Edith
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