El actual modelo económico y
productivo triunfante en el mundo, que ha permitido las grandes desigualdades
sociales entre los países ricos o desarrollados y los pobres o subdesarrollados
se basa fundamentalmente en una constante necesidad de crecimiento
cuantitativo. Y es en este crecimiento donde se encuentra la clave del
beneficio y por consecuencia de la acumulación del capital y de la
concentración de la riqueza de las transnacionales, que son los verdaderos amos
del mundo”.
El fenómeno integrador(si es
válido llamarlo de esta forma) se apoya en los convenios de libre producción de
las grandes corporaciones multinacionales. Ellas se adelantaron a los gobiernos
y cada vez tienen una mayor participación en un mundo sin fronteras. Para dar
sólo una pauta del poder alcanzado por las transnacionales digamos que las
ventas realizadas por las 37.000 Empresas Transnacionales(ETS) existentes
actualmente frente a las 7.000 que se registraban en 1970 colocaron productos
entre sí en sus mercados domésticos por casi seis billones de dólares. Muy por
encima de los cuatro billones que el mundo negoció en mercaderías y servicios
durante 1992. (World Investiment report 1993,Unctad).
Las ETS gastan más que los
países líderes en la investigación y desarrollo de tecnologías. El gasto
combinado de las diez más grandes transnacionales de los Estados Unidos, por
ejemplo sobrepasa el de los gobiernos de Francia y el Reino Unido. Este poder
de la ETS es uno de los rasgos distintivos de la actual situación de la
economía mundial., de la denominada “globalización de los mercados”.
Y en este mercado globalizado es
necesario producir mucho y consumir otro tanto, pues es la única forma de
mantener en funcionamiento los engranajes del sistema. Y en esa lógica del
“crecimiento al máximo”se ignora totalmente las consecuencias internas(de
desequilibrios económicos, sociales y políticos) y externas( de agotamiento de
los recursos naturales y humanos y el impacto sobre el medio ambiente).
La producción y el consumo son
dos polos que se encadenan y constituyen la médula central de la acumulación y
el beneficio de estos “nuevos amos del mundo” que por supuesto carecen
totalmente de corazón y de sentimientos. Es ilustrativo señalar que
"...desde 1900 la población del planeta ha venido aumentando hasta triplicarse
con creces. La Economía se ha multiplicado por veinte. El consumo de
combustibles fósiles es hoy treinta veces mayor que entonces, y ha sido
cincuenta el factor de incremento de la producción industrial. Cuatro quintas
partes de este incremento han ocurrido desde 1950”.
Este crecimiento ha generado un
denominado “Nuevo Orden Internacional”que oculta cada día mayor desigualdad
económica y social y ha acentuado la condición de pobreza de casi el 70% del
planeta donde viven millones de marginados que fueron arrojados de este mundo
informático y de la era de la gran revolución tecnológica.
Esta desigualdad se manifiesta
sobretodo en la Periferia, donde queda cada vez más claro que el
“subdesarrollo”no es un estadio del “desarrollo”, sino que es producto del
“desarrollo del centro”. Son dos caras de la misma moneda, pues el libre
mercado es un sistema que produce y reproduce desigualdad mundial. Esta
supuesta “libertad de los mercados”que los países ricos imponen como política a
los pobres mientras que ellos ejercen cada vez más un feroz proteccionismo, no
funciona para proteger el agua, la capa de ozono, los bosques para no agudizar
el efecto invernadero.
Y esta economía mundial que nos
imponen ha creído escapar a las leyes de la naturaleza y oculta que la riqueza
del Centro es pura ilusión, pues desde la revolución industrial el modelo
productivo ha estado convirtiendo “capital ecológico en capital económico”.
Pero seríamos ciegos si no
advertimos como este sistema económico funciona como un sistema abierto al
medio ambiente, pues utiliza recursos naturales y produce desechos y es en este
sentido que coincido con Daly sobre la diferencia que existe entre
“CRECIMIENTO” Y “DESARROLLO”. Crecimiento sería el aumento cuantitativo a
escala física, mientras que desarrollo sería la mejora cualitativa.
Por ejemplo un ecosistema puede
desarrollarse sin crecer y totalmente lo contrario el actual sistema económico
que necesita crecer a toda costa, sin que ello implique el desarrollo de sus
partes. Pareciera, en una especie de espejismo, que la economía ha podido
funcionar al margen de la naturaleza. Pero ésta es frágil, sabia y finita y
condicionará en un futuro (lo está haciendo ahora) el despliegue del modelo
productivo.
Por ahora afecta este modelo
económico a la Periferia (la sequía del Sahel y de Somalía, la desaparición de
los bosques tropicales y del Amazonia; la extensión del cólera en Latinoamérica
facilitado por la insalubridad de las aguas; etc.), pero cada vez más los
estudios que han ido apareciendo a partir de los primeros años de la década del
setenta, desde Instituciones que pertenecen al propio sistema, remarcan la
inviabilidad del crecimiento tal como se plantea.
Los daños irreparables al
entorno medio ambiental son de tal magnitud que el último informe del Club de
Roma alerta acerca de que:”El tiempo se está acabando, y algunos problemas ha
alcanzado ya una magnitud que impide abordarlos con éxito”.
Los santiagueños somos
conscientes que lamentablemente el tiempo se esta acabando y los bosques y los
hombres que perdimos son irrecuperables. pero aun nos queda muchas cosas por
conservar todavía.
Santiago del Estero y el NOA: Antecedentes
históricos
La historia de América Latina es
la historia de la destrucción de sus recursos naturales. Desde la conquista y
colonización hasta nuestros días fue la región de las venas abiertas al decir
de E. Galeano.
Santiago del Estero, la vieja
ciudad del Barco, no escapó a este destino trágico. Su historia es la crónica
de un largo proceso de empobrecimiento. De madre de ciudades, la provincia más
antigua y de donde salieron las principales expediciones fundadores de la
mayoría de las ciudades más importantes del país, hoy es una provincia
estancada, destruida y con uno de los mayores índices de pobreza.
Más aún no sólo perdió su peso
económico y político, sino que también fue descapitalizándose humanamente,
producido por la erosión inmigratoria hacia las zonas industrializadas del
país, donde viven cerca de la mitad de sus hijos.
El Noroeste, el Centro, Cuyo y
el Litoral constituyeron las regiones que integraron la realidad económica y
social vigente en el actual territorio argentino durante los siglos XVI hasta
fines del siglo XVIII. No había una economía nacional por la inexistencia de
un mercado con un intercambio considerable de capitales, mano de obra y
mercancías entre las distintas regiones. Existía un marcado equilibrio entre
estas "economías regionales de subsistencia" como las denomina Aldo
Ferrer, en la primera etapa de iniciación de la actividad económica en nuestro
territorio. (1)
Entre estas regiones, la del
Noroeste abarcaba a las actuales provincias de Salta, Jujuy, Santiago del
Estero, Catamarca y Tucumán y fue durante toda la época colonial la de mayor
importancia relativa dentro del territorio argentino, debido fundamentalmente
a su cercanía al centro minero de Potosí. La población de la región
representaba el 40% del total y tenía la mayor producción, teniendo en cuenta
la especialización en el rubro textil.
La llamada "ropa del
Tucumán", elaborada del algodón cultivado en las provincias norteñas,
sobretodo en Santiago del Estero, fue artículo de alto valor comercial y
también motivo de lucro y explotación de la mano de obra indígena y fue
exportada a Potosí y al Virreinato del Perú donde se necesitaba ropa de trabajo
para la numerosa población minera.
El algodón fue el oro y la plata
que carecía la región y fue utilizado en un comienzo para el hilado de la ropa,
para luego convertirse en un excelente factor de comercio y de intercambio,
muy solicitado por la población, usándolo como moneda. Hasta el salario del
gobernador se pagaba de esta forma.
Los tejidos de algodón del
Noroeste fueron los productos de intercambio comercial que dieron origen al
comercio internacional argentino. El obispo Victoria, inauguró el intercambio
comercial con el extranjero al enviar estos productos, por el puerto de Buenos
Aires vía Brasil, un 2 de septiembre de 1587, fecha instituida por ese motivo
como el Ida de la Industria Nacional.
La región del Noroeste gozaba de
relativa prosperidad y buscaba su evolución, al igual que todo el interior,
hacia formas artesanales de producción vinculadas al mercado interregional.
El litoral fue durante la
Colonia el área más atrasada y menos poblada del territorio argentino. A
mediados del siglo XVIII su población ascendía a sólo 50. 000 habitantes que
vivían en una área marginada dentro del orden colonial.
Recordemos que Buenos Aires
estaba con su puerto cerrado por disposiciones virreinales gracias a las cuales
se había logrado proteger a las industrias del interior contra los productos ingleses
competitivos. De allí que estas florecieran convirtiéndose en el principal
fundamento económico del interior argentino.
Pero la derrota sufrida por la
tendencia revolucionaria morenista y el pase del control gubernativo a manos
del grupo comercial porteño abrieron el puerto de Buenos Aires a un librecambismo
que enriqueció a la "pandilla del Barranco", nombre por el que se
conocía a las clases comerciales del puerto de Buenos Aires hábiles para todo
tipo de contrabando. Por el contrario esta política aperturista iba a empobrecer
al interior del país.
Y entonces, diezmadas por las
guerras de la independencia donde lucharon sus hijos con valor, arruinadas por
las mercaderías europeas que destruyeron sus artesanías, usurpadas sus rentas
por Buenos Aires, las provincias argentinas se hicieron pobres.
Aparecieron los caudillos,
viejos generales de la independencia, Pancho Ramírez, Ibarra, Felipe Varela,
Bustos, Artigas, Güemes, entre otros que al mando de sus tropas irregulares
defendieron como podían las autonomías provinciales resistiendo a la política
centralista ordenada desde el puerto de Buenos Aires en manos de los
estancieros del Plata y los comerciantes porteños.
La guerra civil fue inevitable.
Era Buenos Aires y su política librecambista que creaba la
"barbarie" provincial al impulsar con esta política el separatismo.
La metrópoli ya no iba a ser
Buenos Aires sino Londres. El comercio porteño pasa a ser simplemente un agente
comprador y exportador y el interior una colonia.
Proteccionismo y librecambio: un debate actual
La máxima de Lord Gobden:
Inglaterra sera el taller del mundo y la América hispana la granja de
Inglaterra se hizo realidad con la fragmentación de América Latina bajo los
intereses económicos regionales y la ayuda del colonialismo inglés.
De este modo se frustraron las
posibilidades de desarrollo y el país quedó limitado a producir los productos
requeridos por la industria europea. Y en el interior empobrecido, aislado
totalmente, surgía también un patriciado local que malvendió irremediablemente
sus mejores tierras que fueron a parar en las manos de la oligarquía
terrateniente y vacuna del puerto de Buenos Aires ligada al extranjero.
De esta forma las oligarquías
provinciales remitían a Buenos Aires los capitales provinciales sin dejar
ninguna compensación productiva.
Y para esa dominación los
ingleses y en menor medida sus aliados franceses y europeos, tuvieron un arma
fundamental: la famosa libertad de comercio. O para emplear un lenguaje
moderno tan conocido, la famosa "apertura de los mercados".
Como vemos no es un concepto
nuevo. No hay una política "neoliberal". Es la vieja política del
librecambio "hacia afuera" de sus fronteras y colonias y
proteccionismo "hacia adentro".
Los "hábiles
industrialistas", como los llamaron Agüero, representante de los
comerciantes españoles y Yañiz, síndico del Cabildo, en el famoso debate de
1809 sobre la apertura del puerto de Buenos Aires, aliados a los
ganaderos y comerciantes del puerto de Buenos Aires fueron los responsables de
la destrucción de las artesanías del interior.
Destruidas las artesanías del
interior por el triunfo de la política del puerto de Buenos Aires e incorporado
el país al modelo agro- exportador obliga a la provincia a sobrevivir con las
nuevas condiciones impuestas por las oligarquías locales y el capital
británico.
A comienzos del siglo XIX en
Santiago del Estero existieron molinos harineros, atahonas a tracción animal,
que aprovechaban la excelente cosecha agrícola de la zona de regadío del Río
Dulce. El trigo de Santiago del Estero se exportaba a Córdoba y a Tucumán en
largas filas de carretas construidas también en la provincia aprovechando sus
tupidos bosques. Esta incipiente industria servía, sobretodo, para sostener
una economía de subsistencia.
En el último tercio del siglo
XIX es importante destacar el intento industrialista del francés Pedro San
Germes que inaugura un gran ingenio azucarero en Santiago del Estero, en el año
1879, el Contreras, al que le suceden una docena de establecimientos del mismo
tipo. (2)
Se trataba de capitales locales
o cuyos titulares residían en la provincia, que importaron modernas maquinarias
de Francia para moler la caña y producir la mejor azúcar del país. El ejemplo
del francés San Germes estimuló a los agricultores la plantación de materia
prima propia en la tradicional zona de riego del Dulce(Capital, Banda y
Robles). Pero la alianza o tela de araña trágica entre los capitales azucareros
tucumanos, el ferrocarril inglés y posteriormente el francés, La Forestal del
Chaco y la Banca E. Tornsquist que se unieron, entre otras cosas, para extraer
y desarrollar la producción azucarera de Tucumán terminó por arruinar la
embrionaria industria azucarera santiagueña.
El ferrocarril de Buenos Aires y
Rosario llegó directamente a Tucumán, corazón del azúcar, aislando los viejos
pueblos de Santiago del Estero y a la capital, la madre de ciudades. Los
ingenios azucareros santiagueños, peligrosos competidores de los tucumanos, del
otro lado del Dulce, del trazado ferroviario inglés, no pudieron colocar su
excelente producción y el francés San Germes, el más grande industrial de la
provincia, tal como lo había nominado el pueblo, se suicida arrojándose al
trapiche de su propio establecimiento.
Fue el comienzo del fin de esta
industria que tantas expectativas había generado y el meritorio intento de los
industriales santiagueños de insertarse a la economía nacional a través de una
de las pocas actividades agro- industriales protegidas del interior y orientadas
al mercado nacional.
Los países industrializados
habían ya resuelto que Santiago del Estero iba a convertirse en el principal
proveedor de las maderas duras para el trazado ferroviario y para los postes
que iban a alambrar las grandes estancias de la pampa húmeda, proveedoras de la
carne y los cereales que el mercado europeo necesitaba.
La mesopotamia santiagueña,
enmarcada por los ríos Dulce y Salado, base territorial tradicional del
poblamiento y de la economía provincial, constituida por las tierras del
regadío del centro oeste, zona donde se erigieron los modernos
establecimientos azucareros, ya no sería el escenario del principal factor
dinamizador y de articulación con el sistema agro- exportador.
Por el contrario una región
totalmente desconocida, ignorada del territorio provincial, el Chaco
santiagueño, lugar al que sólo osaba ingresar el indígena, y el mielero, sería
la elegida para que Santiago del Estero cumpliera un rol decisivo y muchas
veces olvidado, en la economía nacional. Allí estaba el "bosque sin
fin", interminable, donde reinaba majestuoso el quebracho colorado, el
príncipe de las especies, cuya madera era inalterable a la acción del fuego y a
la humedad.
Y fue entonces que comenzó casi
de imprevisto, la gran devastación forestal de casi 11.000.000 de Hectáreas
forestales, de los mejores quebrachales del mundo, dando nacimiento a una mal
llamada "industria forestal" que tuvo su auge en la primera mitad del
siglo XX.(3)
Durante un largo período esta
actividad forestal se constituye en el principal sostén de la economía
provincial. Los ferrocarriles ingleses y franceses realizan sus trazados
ferroviarios, sobretodo para llegar al corazón del azúcar de Tucumán y extraer
la madera de los bosques santiagueños y van surgiendo centros urbanos donde se
concentra la abundante mano de obra que esa actividad extractiva necesitaba.
Fue en ese período que se forjó
una ecuación fundamental con verdaderos vasos comunicantes de muy difícil
separación: El ferrocarril la explotación forestal, la formación de los
grandes latifundios. Ninguna de estas partes hubiera podido existir independientemente
sin las otras. Comenzó entonces la gran privatización y entrega de las tierras
públicas de la provincia de Santiago del Estero, ya que las mayores reservas
forestales se ubicaban en tierras fiscales del este y noroeste de la provincia,
hasta ese momento desocupadas. y que fueron vendidas a entregadas a vil precio.
(Departamentos Moreno, Ibarra, Copo, Taboada y Figueroa).
Los gobiernos provinciales que
se sucedieron a partir de 1898 cambiaron la ECOLOGIA por la ECONOMIA. La
supuesta riqueza presente por la pobreza futura.
Remarcaba Irigoyen. en
oportunidad de una de estas ventas fiscales:. . . "la riqueza de la tierra
como la del subsuelo mineral de la República no puede ni debe ser objeto de
otras explotaciones que la de la Nación misma. . . ". . . . "la
riqueza forestal, fuente de vida, de recursos y de trabajo, debe ser contemplada
como uno de los grandes beneficios de la Provincia otorgados al suelo
argentino, y en consecuencia su resguardo y su utilización no pueden hacerse
sino en beneficio del pueblo y de acuerdo a planes científicamente meditados. .
." (Del Mazo, 1930). Que lastima que el pensamiento rector de don Hipólito
Irigoyen no haya sido tenido en cuenta en materia de venta de las tierras
públicas que aún continúa imperturbablemente.
Las promesas de buenos salarios
y condiciones de vida digna, los "ríos de dinero" que iba a traer
aparejada la explotación forestal atrae a los grupos migratorios de toda la
provincia y también de fuera de ella que abandonaron sus pertenencias y su
hábitat natural para incorporarse al obraje y a una continua trashumancia. Fue
la destrucción del hombre igual que la del medio ambiente. El viejo obraje
textil de la época colonial, instrumentado alrededor de la mano de obra servil
de los indígenas, pasa a convertirse en el nuevo obraje forestal que se
establece sobre la base del trabajo semi feudal, casi esclavo, de los hacheros
y su grupo familiar.
El genocidio de los indígenas se
convierte en el genocidio de los hacheros. Esta explotación en los obrajes
llevó a don Amalio Olmos Castro, a comparar a los hacheros con los esclavos de
los algodonales del sur de los Estados Unidos reflejados magistralmente en la
Cabaña del Tío Tom. Este preclaro director de Trabajo de la provincia llamó a
esta explotación que nos debería avergonzar a todos “la esclavitud blanca” del
obraje.(4)
Debemos rescatar en esa larga
noche de casi cien años y que aún continúa dos intentos fundamentales para
industrializar la madera del bosque santiagueño, y que nos interesa remarcar:
l)La Instalación de las Fábricas de Tanino y 2) Los Distritos Forestales.
Los
enclaves Forestales
Hemos
visto anteriormente como la provincia de Santiago del Estero, desde la
época colonial, estuvo integrada al sector económico dominante. La producción
de la pampa húmeda otorgó a la Argentina la imagen de una gran homogeneidad
interna y de esta forma se identificó a la región pampeana con el espacio
nacional, así como la de sus terratenientes con la burguesía del país.
Por
cierto que en el país, desde la colonia misma, existía una gran diversidad
regional, inclusive señalamos en este trabajo la gran importancia histórica y
socio- económica de la región del Noroeste.
Al
identificarse a la región pampeana con el resto del país, las regiones
carecieron de pasado, de historia, de economía y por cierto que otras formas de
producción pasaron a ser totalmente dependientes de la pampa húmeda.
“Una
historia regional será verdaderamente nacional en la medida que no se limite a
una crónica de sucesos locales y aprehenda la conexión que ellos tienen con los
sucesos nacionales, y cuando fuere necesario con los que operan en el ámbito
continental y mundial” dice con razón Armando Raúl Bazán. (5)
Al
comenzar a hablar de los obrajes es muy importante consignar como antecedente
la aparición del obraje textil como una variante del sistema de encomienda. Y
este último era una forma productiva del territorio conquistado que seguía al
de la ocupación militar.
La
encomienda era una forma de recompensa o tributo que se le otorgaba al
conquistador, comprometiéndose este último a convertir al cristianismo a los
indígenas encomendados. El tributo adquirió las formas de trabajo forzado para
producir los bienes para el encomendero.
Las
primeras encomiendas tenían como base dos antiguos pueblos de indios: Manogasta
en Silípica y Soconcho en Atamisqui. En ellos se producían en el año 1585 ropa,
lienzos, calcetas y otras telas de algodón, cinchas y aparejos, trigo y maíz.
El
obraje textil se constituyó en verdaderas fábricas de tejido ubicadas en
“lugares sombríos, techados con ramas, cercados de muros y adobes y donde
fueron encerrados los indias e indias de los encomenderos...”
Al
respecto es importante consignar la distinción hecha por la historiografía
entre formas de desarrollo localmente administradas, como la estancia pampeana,
y formas de tipo enclave, aplicable a los obrajes forestales y a las fábricas
de tanino del Chaco santiagueño y santafecino. Por supuesto que la historia
moderna y contemporánea nos señala muy interesantes ejemplos de enclaves, tanto
agrarios- plantaciones- como mineros, industriales y comerciales.
El
origen de los enclaves forestales santiagueños lo encontramos en el gran remate
de más de tres millones ochocientas mil hectáreas de bosques fiscales
realizadas entre los años 1898-1904 por el gobierno de don Adolfo Ruiz. Se
vendieron estas tierras desconocidas e inhóspitas, ubicadas en los
departamentos 28 de Marzo (Gral Taboada), Moreno, Copo y Figueroa
pobladas por quebrachales, únicos en el mundo, al precio vil de 023, ctvs. la
hectárea, cuándo el precio del durmiente que pagaba el ferrocarril era de 1,48.
De esta forma se formaron los grandes latifundios forestales.(6)
Los
bosques santiagueños fueron comprados por “ El Sindicato de Capitalistas Para
la Adquisición de las tierras de Santiago del Estero”, sociedad formada en el
puerto de Buenos Aires integrada por las principales familias de la oligarquía
porteña, y dónde podemos apreciar apellidos notables, como Zuberbuhller,
Santamarina, Lloveras, Rufino, etc.
Y a
partir de allí, de la formación de los grandes latifundios, los enclaves forestales,
fue que comenzó la gran devastación forestal en la provincia.
Y para
ello debía consolidarse una gran red de vasos comunicantes, una verdadera tela
de araña, que se relacionaban de una manera muy estrecha: la oligarquía
porteña, los ferrocarriles ingleses y franceses, la oligarquía azucarera
tucumana y posteriormente la Forestal del Chaco, que se apropiaron y
distribuyeron la tierra pública y también el trazado y distribución de la red
ferroviaria y por cierto el desempeño económico de toda la región, con especial
vinculación con el funcionamiento de la economía pampeana.
Esta
red de intereses condenaron a Santiago del Estero a convertirse en la
productora de los durmientes para el ferrocarril, el combustible para sus
locomotoras y los postes para el alambrado de las grandes estancias de la pampa
húmeda. Una de las razones fundamentales fue que el quebracho colorado
santiagueño tiene menor contenido de tanino que los quebrachales colorados de
la zona del chaco santafecino, chaqueño y paraguayo.
Es por
eso que recién en la década del 40 se construyeron las dos grandes y únicas
fábricas de tanino, también importantes enclaves, en el territorio provincial:
Weisburd en el Departamento Mariano Moreno y la Cotan S.A.(Compañía Taninera)
en Monte Quemado –Copo.
Es
decir que del análisis y revisión de este proceso formativo, tan vinculado al
funcionamiento de la economía pampeana, surgen nítidamente la existencia de
estructuras económicas que divergieron notablemente con las del capitalismo
agrario pampeano.
Una
peculiaridad notable es la ubicación de estos establecimientos productivos en
una región geográfica alejada de la sede de las decisiones administrativas y
políticas.
Esta
denominación enclave tiene un doble significado que es muy importante destacar:
En primer lugar se trataba de núcleos de
actividad económica controlados de una manera directa desde afuera del país.
Un
ejemplo característico lo tenemos con la célebre La Forestal del Chaco, que
monopolizó la fabricación y el comercio del tanino en el país. En este caso sus
accionistas, su directorio, su sede central, residían en Londres. Al exterior,
a Inglaterra, se remitían las utilidades a distribuir de esta empresa
monopolista.
Otra de
las peculiaridades importantes de esta empresa era que tenía pocas vinculaciones
con los eslabonamientos regionales, ya que las máquinas de sus ingenios, los
ferrocarriles, los puertos, etc., provenían del exterior. Inclusive la harina y
los productos de alimentación eran de otras regiones; sólo podemos consignar al
combustible(leña y carbón) y algunas veces la carne(como el caso de las
empresas tanineras santafecinas) que eran de la propia región.
La
producción taninera se exportaba en el 90% para el exterior lo que señala bien
claramente cuál era la orientación. Este enclave, era una especie de extensión
de la economía y de la soberanía de los países centrales.
En
segundo lugar el término enclave también determina un aislamiento físico, o
geográfico, determinado originalmente por condiciones sociales, naturales e
institucionales. Como la presencia del bosque, la selva y la incertidumbre
sobre las condiciones legales e institucionales.
Por
ejemplo, el gran latifundio de Quebrachales Tintina Sociedad Anónima de los
Tornquist, tenía en territorio santiagueño más de 600.000 hectáreas. En campos
de su propiedad se fundaron las estaciones de ferrocarril de Vilelas, Puna,
Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo Viejo, Alhuampa, etc.
Enormes
obrajes dónde trabajaban más de cinco mil hacheros y dónde la civilización de
la ley y la justicia no llegó sino hasta mediados del siglo XX.
Y
también en los enclaves forestales destacamos las características especiales
del hachero y del trabajador forestal.
En el
caso de los hacheros su nomadismo. La obligada trashumancia del obraje, con
poblaciones efímeras, pueblos fantasmas, construidos a la vera de las
estaciones ferroviarias y destruidos con la devastación del bosque. Un
nomadismo que los obligaba a trasladarse con sus familias siguiendo al obraje
una vez terminado el bosque del lugar asignado. Pero este traslado era sólo en
el interior de los enormes latifundios, verdaderos feudos medievales que
solo se podía escapar con la muerte.
La
difusión generalizada del pago con especies, con vales o notas de créditos, que
se podían canjear solamente en las proveedurías del obraje, al igual que la
ausencia total del control del estado ya que el comisario y los jueces de paz
eran pagados por la Compañía, contribuía a una coacción generalizada y por
supuesto a este aislamiento.
Recién
con el gobierno radical de Santiago Maradona(1928-1930), se reglamentaron las
leyes nacionales que, pese al tiempo transcurrido desde la promulgación de las
mismas, carecían de aplicación en la provincia. Como la ley 9688 de accidentes
de trabajo y de enfermedades profesionales; La Ley 11.723 sobre el Trabajo de
las Mujeres y de los Menores, etc.
También
se sentaron las bases para el estricto cumplimiento de las leyes obreras al
crearse el Departamento Provincial del Trabajo.
Y para
poner fin a los continuos abusos que se vivían en los obrajes, donde no era
extraño ver a los jueces de paz dirigiendo las tareas del aserradero o a los
comisarios vendiendo mercaderías en las proveedurías, el Ministro de Gobierno
de Maradona, don Julio Olivera, dictó el 9 de julio de 1928, una resolución
ministerial ejemplificadora, que como bien dice Luis Alén Lascano debería
destacarse con letras de oro: “.....Prevenir a los empleados policiales que
serían exonerados si detienen o molestan a los señores trabajadores, por deudas
contraídas con los señores patrones o por otras causas que no estén
especificados en el Código de Policía...”
Lamentablemente
estas continuas violaciones a las leyes laborales y sociales perduran en la
actualidad por este aislamiento que aún se mantiene.
Las
fábricas de tanino santiagueñas, y posteriormente, los distritos forestales
cambiaron este “hábito” obligado al crearse pueblos estables, con luz
eléctrica, agua corriente y hasta escuelas y hospitales.
En
Santiago del Estero, desde la explotación forestal intensiva de comienzos del
siglo XX hasta la década del 40 y luego con las fábricas de tanino, que también
abarcaron a los obrajes, fueron los núcleos típicos de una producción
organizada en la forma de enclave forestal.
Ambos tienen una enorme importancia, porque fueron
los esfuerzos más serios y reales, sobretodo el último, de terminar con un
sistema de destrucción irracional de nuestra ecología y medio ambiente,
cambiando el destino histórico del bosque santiagueño y por las posibilidades
presentes que este recurso natural aún posee para la provincia. Pasaremos a
describirlos sintéticamente.
La industria del tanino en Santiago del Estero.
El descubrimiento del tanino
extraído del quebracho dio comienzos a partir del año 1880 con la exportación
de los rollizos del quebracho argentino a las fábricas ubicadas en El Havre y
Hamburgo(Alemania). Hasta esa fecha se extraía en Europa del nogal ,roble o el
castaño pero la el quebracho tenía la enorme posibilidad de utilizar
prácticamente todo el árbol , que lo hacía sumamente atractivo económicamente y
abaratando la producción y utilización del cuero.(7)
Pero fue en el año 1890 cuando
se inaugura la primera fabrica de extracto de quebracho (tanino) en el país,
en Pehuajo, Corrientes, industrializando la materia prima en el lugar de
origen. Una razón fitogeográfica iba a influenciar en el destino del quebracho
colorado santiagueño con una proporción de tanino inferior al que existía en
los quebrachos colorados de la región de Santa Fé, el Chaco, Formosa y el Chaco-
Paraguayo. De allí que el quebracho santiagueño fue "reservado" para
los durmientes y el combustible del ferrocarril y de las otras industrias y
para levantar los postes de las estancias de la pampa húmeda.
Ese fue el motivo principal que
la Forestal del Chaco, y sus empresas adláteres, establecieron todas las
fábricas de tanino en la región chaqueña- santafecina- paraguaya, constituyendo
un gran emporio que monopolizó la fabricación y exportación del tanino en
nuestro país y controló todo el comercio mundial durante más de ochenta años.
El extracto sólido del
quebracho salió del país por miles de toneladas a un ritmo de exportación
continuo hasta el año 1963, en que la Forestal prácticamente extinguido el
quebracho colorado y descubierta las propiedades similares de la mimosa,
original del Africa, decidió levantar sus instalaciones. Pueblos enteros, vías
férreas, puertos, viviendas, etc. fueron abandonadas y dinamitadas por la
Forestal Del Chaco, para evitar que la población del lugar se quedara en las
instalaciones.(8)
Debemos hacer notar que en la
década del 40, durante la guerra mundial, como consecuencia del proceso de
extinción de los quebrachales santafecinos y pese al menor rendimiento del
quebracho santiagueño, se produce una expansión en procura del tanino del
quebracho santiagueño que pasaba a ser rentable. Inclusive, se advierte como
consecuencia de esta demanda, un aumento de la población rural del área
forestal, que en esa fecha alcanzo a representar el 20% de la población rural
de toda la provincia. Esta situación es importante teniendo en cuenta la
elevada emigración de las provincias del norte hacia la zona metropolitana de
Buenos Aires.
En ese período se instalan dos
fábricas de tanino en el territorio santiagueño. Una en la localidad de
Weisburd, Departamento Mariano Moreno y la otra en Monte Quemado en el
Departamento Copo, en el límite con Salta. Ambas fábricas dieron prácticamente
vida a los pueblos de Weisburd, (dpto. M. Moreno) y a Monte Quemado en el
departamento Copo al dotarlos de viviendas de material, agua corriente, luz
eléctrica, hospitales, salarios dignos para los obreros, cine, etc. que
contrastaban notablemente con los pueblos forestales existentes hasta entonces.
Lamentablemente, en un final que
nos recuerda al ingenio azucarero del francés San Germes, tanto la Empresa
Weisburd y Cía. como la Cotan(Compañía Taninera) de Monte Quemado no pueden
colocar la excelente producción de sus fábricas en el mercado mundial
controlado por la Forestal y se ven obligadas a cerrar las fábricas y vender
las maquinarias como hierro viejo. Las ruinas silenciosas, todavía imponentes,
de estas dos grandes fábricas de la Provincia de Santiago del Estero se encuentran
en los mencionados pueblos y son verdaderos símbolos de los intentos vanos de
industrialización del monte santiagueño.(9)
Los distritos forestales: Una esperanza
De la Facultad de Ingeniería
Forestal creada en el año 1958 en la provincia más castigada por la depredación
forestal, fueron saliendo las bases fundamentales para la constitución mediante
Ley 3275 del IFIA( Instituto Forestal de Industrialización y Administración),
que tuvo por objetivos el fomento de la tecnificación y el mejoramiento de la
economía forestal.
Y de este Instituto salieron los
estudios y las bases de los denominados Distritos Forestales. Los Tigres, los
Pirpintos, El Caburé fueron pueblos dotados de centros cívicos, casas de
material confortable, agua potable, infraestructura vial y sanitaria y
sobretodo de una moderna tecnología, que aún se conserva en partes, para la
fabricación de parquee, muebles, paneles de madera, etc., utilizando las
maderas de los bosques santiagueños.
Si aún resuenan las palabras del
ingeniero Néstor R. Ledesma, artífice del IFIA y uno de los fundadores de la
Facultad de Ingeniería forestal: “Nunca más los pueblos nómades. Nunca más los
vales ni las proveedurías. Nunca mas la explotación del hombre por el hombre
más inicua e irracional que se conoce en la historia de la humanidad. Viviendas
dignas, salarios dignos. Atención y Salud adecuadas”.
Y los Distritos Forestales se
convirtieron en una nueva esperanza para terminar para siempre con el drama del
obraje, de la depredación irracional del medio ambiente y del hombre, y de
convertir a la provincia de Santiago del Estero en un verdadero polo industrial
utilizando sus recursos naturales depredados salvajemente.
Estos Distritos Forestales,
posteriormente convertidos en cooperativas, habían logrado realizar en el
período 1979/1981 mas de 120.000 toneladas de madera. Una cifra muy
significativa y que las convertía en grandes empresas industriales. Mas de
quinientas familias vivían en torno de estas cooperativas forestales,
engrandecidas y fortificadas por la participación de las mismas en los planes
de construcción de viviendas en la provincia del FONAVI (Fondo Nacional de la
Vivienda.)(10)
En este crecimiento de las
Cooperativas Forestales tuvo mucho que ver la acción del ex-Gobernador de la
provincia de la Revolución Argentina, Gral. Cesar F. Ochoa que facultó al
Instituto de Vivienda y Urbanismo de la Provincia a contratar directamente con
las cooperativas, sin licitación alguna, la carpintería de las obras públicas y
numeroso mobiliario para las escuelas provinciales. Además por su excelente
producción las cooperativas estaban en condiciones de competir en el mercado
nacional e internacional.
No únicamente se lograba en las
cooperativas forestales una utilización industrial del bosque, sino también
existían planes de reforestación y de protección de nuestra naturaleza.
Es fácil advertir los perjuicios
de las empresas constructoras, contratistas del Estado, como consecuencia de
esta competencia de las cooperativas forestales que no únicamente habían abaratado
los costos, sino que estaban en condiciones de copar el mercado con viviendas
prefabricadas construidas totalmente de madera. Los Grupos Económicos
Provinciales(GEP), estructurados sobretodo alrededor de las Empresas
constructoras monopolizaron en las provincias el gran negocio de las obras
públicas(viviendas, caminos, canales de riego, etc.) constituyéndose en
verdaderos poderes dentro de los Estados Provinciales, con una gran influencia
económica y social.
Solamente en el período
1980-1994, se construyeron en Santiago del Estero 16.500 viviendas, con
ganancias aproximadas de unos siete millones de dólares anuales para estos GEP.
De allí que los denominados “hombres de paja” de las Empresas Constructoras
ubicados en los poderosos Ministerios de Economía y Obras Públicas, advirtiendo
esta competencia “desleal” de la cooperativas forestales urdieron una trama o
confabulación contra el bosque santiagueño a través de una feroz campaña de
desprestigio contra ellas y contra las propiedades de las maderas santiagueñas
para la carpintería de obra.
Carlos Jensen Viano, sucesor
civil del General Ochoa, en sorprendentes declaraciones “destapó la olla” y
anunciaba, que conforme a los informes de la Universidad Nacional de Santiago
del Estero, muy controvertido por cierto, ”la madera de quebracho no servía o
no se había demostrado que era apta para ser utilizada en carpintería de
precisión”.
Fueron inútiles las voces
esclarecidas que se alzaron para defender nuestros bosques. Como el caso de
científicos de valía internacional como Casimiro Uhrin, experto alemán y
profesor de Universidades del país y del extranjero. Fue el comienzo del fin de
las cooperativas forestales luego atacadas por sus reales desórdenes, aunque
exagerados, administrativos.
La provincia madre de ciudades,
a mediados del ochenta, retornaba bajando la cabeza a la vieja política de
destrucción forestal sin control alguno. Las cooperativas forestales aún existen
en el corazón del bosque santiagueño. Sus modernas maquinarias casi
abandonadas, ,son utilizadas para fabricar ataúdes, y los pobladores de los
ex-Distritos Forestales y de toda la región del norte santiagueño esperan la
instrumentación de nuevos planes que los saquen del atraso y de la miseria.
Mientras tanto, como una gran sombra el mal de Chagas, el gran flagelo
provincial, anida con forma de vinchuca en los ranchos. Uno de cada cuatro
santiagueños padece de este mal endémico. Las viviendas de madera, para
erradicar los ranchos, aún esperan su realización.
Algunas propuestas:
Los
recientes datos referidos al aumento del desempleo, de la pobreza,
de los hogares con necesidades básicas insatisfechas, las
manifestaciones de protestas de los diversos sectores, son explicados por
el gobierno y algunos economistas oficiales como el costo de la reconversión y
del ajuste necesario en la economía nacional que ha tenido un gran crecimiento
en los últimos años.
Una economía nacional que como hemos visto anteriormente obliga a
privilegiar, dada la apertura de los mercados, la provisión del
exterior de los insumos de la producción.- Esto ha traído
aparejado un olvido de las regiones del país que podrían hacerlo.
Las economías regionales no pueden quedar expuestas al libre juego del
mercado, que por otra parte, como hemos visto, no existe
y nunca existió.
Es de fundamental importancia, y la única forma de parar los estallidos
sociales, fomentar un programa de desarrollo de las economías
regionales, la gran ausente del debate nacional.
Para ello el Estado Nacional deberá invertir los fondos necesarios, y si
es necesario(evidentemente lo es) renegociando el pago de los intereses de la
deuda externa, tal como lo han venido pregonando recientemente algunos
obispos y el propio Papa al calificarla de "injusta e inmoral".
El gobierno nacional debe asistir, con créditos subsidiados a la
destruída actividad primaria de las provincias implementando sistemas de
comercialización que impidan el despojo al productor.
Es muy importante la radicación de las agro- industrias en los mismos lugares
de producción de las materias primas, aumentando el valor agregado de
las mismas.- La búsqueda en el mercado internacional y en el
Mercosur de colocación de los productos regionales, etc.
Estas y otras medidas son fundamentales para salvar a las economías regionales
y a las provincias rezagadas, "inviables", o
en vías de franca extinción.