Cada mes de abril, recordamos la
recuperación temporaria de las islas Malvinas y
honramos el patriotismo y la entrega desinteresada de todos aquellos argentinos de buena voluntad que lucharon en
la defensa de nuestra soberanía nacional, motivo por el cual quedaron para siempre en el corazón de todos
los argentinos.
Argentina, sin Malvinas, sin las
Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur y espacios marítimos circundantes, es un país incompleto.
La desintegración de nuestra
patria cumplió este 3 de enero de 2013,
180 años, aniversario que si bien pasó
inadvertido tal vez, fruto de la influencia británica en nuestra cultura y economía no deja
por ello de ser un momento oportuno para recordar el origen de la
agresión inglesa a nuestro territorio.
La construcción del Estado-
Nación Argentino, se basó en un esfuerzo superlativo por llegar a todos los
rincones de lo que fuera el virreinato, siguiendo el ideario sanmartianiano de
unidad latinoamericana.
Con esta premisa en 1820 el primer
representante de las Provincias Unidas del Río de la Plata David Jewett arribó
a las islas tomando posesión de las mismas, siendo pobladas por gauchos
argentinos provenientes de la provincia de Buenos Aires y creándose en 1829 la Comandancia política y militar
a cargo de Luis Vernet, quien tuvo una hija, Matilde Vernet y Saenz conocida
como Malvina, la primera argentina
nacida en las islas bajo nuestra bandera.
En este período Argentina legisló
sobre los recursos de la zona, enfrentó la caza ilegal que realizaban los
norteamericanos e ingleses que depredaban y no respetaban las leyes argentinas ,
se otorgaron tierras, se realizaron trabajos
cartográficos, estudios sobre flora y fauna, entre otras actividades.
El 6 de noviembre de 1820 se izó
por primera vez nuestra bandera que flameó hasta el 3 de enero de 1833, fecha
en la que fuera arriada y expulsada las autoridades argentinas y la población civil.
Un hecho poco resaltado en
nuestra historia es el episodio que
antecedió a la usurpación inglesa donde el Gobernador Luis Vernet captura un
buque norteamericano por caza ilegal y como represalia de esta acción, es destruido Puerto Soledad
por un buque de guerra norteamericano.
En esa situación de indefensión los ingleses usurpan nuestras Islas
Malvinas.
Tal vez una de las lecciones que
deberíamos haber aprendido tanto de 1833 como del conflicto de 1982, es que los
países se mueven por intereses. A principios del 1800 la caza de ballenas y
focas en la región, la búsqueda de una
posición estratégica cerca del Estrecho de Magallanes fueron la causa de la
usurpación en 1833.
Hoy a 180 años de aquel
atropello, nuevos intereses mueven al imperio británico en la región: las
riquezas en biodiversidad motivaron a los británicos en febrero del año pasado
a declarar unilateralmente la creación
de una zona marina protegida en más de un millón de km2 en torno a las Islas
Georgias y Sandwich del Sur, los ingresos por la pesca y el turismo, la
exploración ilegítima de los recursos hidrocarburíferos y las pretensiones
antárticas británicas que reclaman como propia toda la Antártida Argentina y
más de la mitad de la chilena, son motivos más que elocuentes para la
permanencia de los ingleses en la región y su militarización en el Atlántico
Sur.
A 31 años del conflicto armado y
a pesar de discursos que promovieron la desmalvinización en la sociedad, donde
el sistema educativo no estuvo ajeno, nuestra escuela coherente con el mandato de
nuestra Constitución, y la ley de
Educación Nacional que fija en su artículo 92 la obligatoriedad de su enseñanza,
reivindica la Cuestión Malvinas, como parte integrante de nuestra provincia de Tierra del Fuego, Antártida
e islas del Atlántico Sur.
Nuestra Carta Magna sostiene en su disposición
Transitoria Primera que “La Nación Argentina ratifica su legítima e
imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich
del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte
integrante del territorio nacional.
La recuperación de dichos
territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de
sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional,
constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”
Consolidar la soberanía en el
Atlántico Sur constituye uno de los mayores desafíos para nuestro país, no sólo
porque Gran Bretaña es un país poderoso
a nivel militar y económico, sino porque desde la misma usurpación en 1833, en
el incumplimiento de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y en el propio conflicto de 1982, siempre contó con el apoyo de EEUU, a la cual se suma
la complicidad de personajes locales de
la elite política e intelectual que han bregado más por los intereses
británicos que por los nacionales, por lo tanto la resolución de esta cuestión implica dedicación,
creatividad y sobre todo conocimiento.
Bajo estos fundamentos, los docentes mantenemos nuestro compromiso desde las aulas de
enseñar a las nuevas generaciones nuestros derechos soberanos en el Atlántico
Sur, analizando la historia de este conflicto de manera integral, promoviendo
el aprendizaje de esta geografía tan
lejana y a la vez tan querida, propiciando los principios sanmartinianos de
unidad latinoamericana y fomentando el
reconocimiento de quienes combatieron en 1982 y que por siempre serán héroes de nuestra Patria.
En un nuevo aniversario de la
gesta de Malvinas, nuestra más profunda
gratitud y respeto, a todos nuestros veteranos y caídos y a sus familias que nos enorgullecen como pueblo y dignifican nuestra Argentinidad.
Prof, Edith Viviana Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario